Una de las más sorprendentes novedades que nos encontramos en nuestro último viaje a Turquía fue la valla que han puesto al Artemision de Éfeso; la diosa cierra sus puertas a las 17:30 (en horario otoñal). Hasta entonces, las ruinas de la que antaño fue una de las siete maravillas de la antigüedad eran perfectamente visitables a cualquier hora del día o de la noche, entendiéndose, suponemos, que ya no se teme un nuevo caso de erostratismo. La cuestión es que, además de templo, aquel lugar era un asylum, un refugio para aquellos que estaban perseguidos, donde se podía hallar resguardo tras el perímetro sagrado del santuario. Su clausura vespertina atentaba contra la piedad, pero…llevábamos todo el santo día yacimiento arriba, yacimiento abajo, museo aparte, interrumpiendo sólo nuestros errabundeos para un breve almuerzo, y encima casi vegetariano. Para cuando anunciamos la imposibilidad de concluir la jornada de acuerdo al programa establecido, más que supina desolación, nos pareció vislumbrar -tras las obligadas mascarillas- alguna que otra sonrisa aliviada. Para las seis ya estábamos en nuestro hotelazo de Kuşadası, el Charisma, y media hora después, cuarto y mitad del personal se repantingaba sobre las tumbonas afrontadas al Egeo admirando el ocaso, copita en mano. De hecho, hubo quien incluso se bañó (nos bañamos), ¡y estábamos a 22 de octubre! Viendo al grupo disfrutar tanto mientras el viejo Ponto iba adquiriendo su prescriptiva tonalidad vinosa, con el jefe tranquilo a mi derecha, el perfil de Samos a la izquierda, una cerveza en la mano y el cigarro en la boca, no me vino a la mente ningún verso pedante con el que ponerme estupendo, sino la mítica frase del líder del Equipo A que remendé para mis adentros:
-Me encanta que los planes…salgan mal.
A finales del próximo mes de marzo, en nuestro viaje arqueológico a Turquía, «La estirpe de Ion» volveremos a Éfeso, al Artemision, al Charisma y al Egeo, ¿nos acompañáis?
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Entre el 23 y 30 de marzo hemos realizado un viaje de ensueño con Pausanias Viajes Arqueológicos y Culturales a Turquía bajo el título «La estirpe de Ion». La vieja Jonia clásica; que incluía las visitas a Troya, Pérgamo, Éfeso, Priene, Afrodisias y Hierápolis. Este era el magnífico programa, acompañado y dirigido por expertos profesionales de la historia y arqueología. Todo fue inolvidable, intenso y satisfactorio. Y no solo cumplió Pausanias todo el plan, sino que además lo incrementó con visitas extraordinarias a las ruinas de Asos, Mileto, Laodicea, Sardes y el paso de Karabel, con imprescindible relieve hitita. Gracias, Pausanias.